“Hasta los helechos se llevan de San Javier”, se indigna Damián Rivadeneira al reflexionar sobre la falta de conciencia ambiental de gran parte de la población. Damián es gerente de la empresa Maderplak que impulsa, junto a otras empresas locales, el programa Conscientes, que apunta a generar un cambio en favor de la preservación del medio ambiente.

El programa tiene cuatro pilares en los que basa su acción: educar, limpiar, restaurar y sembrar. Y en ese contexto, este domingo se llevará a cabo la acción de limpieza en el cerro San Javier, en 10 puntos distribuidos a lo largo de la ruta desde la rotonda hasta la cima.

“Vamos con 400 voluntarios. Nos vamos a reunir a las 8.30 en la rotonda del pie del cerro y desde allí algunos subirán caminando y otros en vehículo. Es impresionante la cantidad de basura que se tira a lo largo de la ruta. Llevamos dos camiones y tres camionetas y estamos seguros de que los vamos a llenar”, comentó Damián en diálogo con LA GACETA.

Además de recoger la basura, en el mismo lugar se hará la clasificación de los residuos para separar vidrio, aluminio, plástico y papel. Y así se los llevará a puntos verdes para su posterior reciclado.

Los principios

Este interés por el medio ambiente no surgió de la nada, según explica Damián. “Somos una empresa de triple impacto. Además de rentabilidad financiera, tenemos como objetivo generar un impacto social y un impacto ambiental con prácticas que contribuyan a la mitigación del cambio climático. Por eso, ayudamos a que nuestros clientes construyan de manera sustentable”, subrayó.

Para llevar adelante el programa Conscientes, los empresarios cuentan con el apoyo de especialistas y científicos que colaboran desinteresadamente. “Consideramos la educación como la columna vertebral de esta idea; buscamos que los chicos se conviertan en embajadores de la naturaleza”, destacó el empresario.

Bombas de semillas

“Junto a la licenciada en Ciencias Biológicas y especialista en Gestión Educativa Teresita Lomáscolo elaboramos un programa de formación para docentes, niños y adolescentes de diferentes escuelas y colegios para hablar sobre la problemática ambiental”, detalló.

Una de las actividades propuestas es el armado de bombas de semillas. Los estudiantes recolectarán, clasificarán y armaran 10.000 bombas de semillas de árboles nativos, para reforestar las zonas más afectadas.

“Estas bombas son un método utilizado desde hace muchos siglos para sembrar en zonas de difícil acceso”, explicó Damián.

Además, los chicos participarán junto a sus establecimientos de un desafío en redes sociales con premios para las instituciones, en donde compartirán su experiencia e inspirarán a otras personas a realizar pequeñas acciones en pos del cuidado del medioambiente.

Forestación

Para la acción de restaurar se ha pensado, junto con la Fundación Forestar y con especialistas, plantar árboles nativos en los lugares afectados por los incendios, en la búsqueda de la conservación y recuperación del ecosistema y su biodiversidad.

El equipo, que reúne una vasta experiencia, y que cuenta con el asesoramiento de la doctora en Biología Martita Ayup, se hará cargo del proceso de reforestación y coordinación de voluntarios que ejecutarán las plantaciones bajo los estándares solicitados por los guarda parques.

Desde Loma Bola

La cuarta acción del programa es sembrar. “Gracias a la ayuda de todo el equipo de Loma Bola, se propagarán, desde parapentes, las 10.000 bombas de semillas de cedro, laurel, horco molle, lapacho rosado, tipa, nogal criollo y cebil, fabricadas por los chicos en sus escuelas y colegios”, anunció Damián.

Daño ambiental

El empresario remarcó que por año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques nativos en el mundo. Esto equivale a cuatro veces la superficie de San Miguel de Tucumán por día y es una de las principales causas del calentamiento global. Al rededor del 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero se deben a la pérdida de los bosques nativos.

Ese es el motivo por el cual la empresa que representa Damián trabaja con maderas de bosques de cultivo. “Estas maderas de bosques implantados, no sólo son eficientes ambientalmente, porque evitan la deforestación, sino que además producirlas insume muy poca energía. Los árboles secuestran carbono durante toda su vida extrayendo dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y almacenándolo en su masa. Debido al secuestro natural de carbono, los bosques juegan un papel muy importante en la capacidad de nuestro planeta para regular el calentamiento global y las emisiones de carbono”, puntualizó.